Rosa Amelia


Dime qué zona de tu cuerpo quieres destacar y te enseñaré cómo hacerla brillar.

Si lo que más te gusta es tu cintura, entonces la marcaremos. Si lo que menos te gusta son tus piernas, pues llevaremos la atención a tu cabello” – Mira Adentro, despierta y brilla.

Bienvenida a la tercera entrega de la Trilogía de Morfología Corporal. En los 2 primeros artículos conversamos acerca de los diferentes tipos de cuerpo que tenemos las mujeres, así como también las razones por las cuales considero que es importante reconocer el tuyo como parte de las herramientas poderosas del Autoconocimiento.

Si es la primera vez que pasas por mi Blog, te dejo aquí el primer artículo y aquí el segundo. Así podrás conocer lo que hemos visto como precedentes 🙂

Una vez que hemos hecho las paces con nuestro cuerpo y hemos dejado los estereotipos sobre “el cuerpo ideal”, podemos pasar a la etapa de reconocimiento. 

¿Qué es la etapa de Reconocimiento?

En esta etapa somos conscientes de las partes que más nos gustan de nuestro cuerpo y que obviamente queremos siempre sacarle el mejor partido, como también las que vemos al espejo y pensamos: “con unos centímetros más (o menos) esta zona se vería mejor”.  

Ojo, ya hemos hablado una y mil veces que no vas a empezar a decirle: “Odio mis brazos, que feas mis caderas o algo como…¿Porqué mis piernas son tan flacas?.  Es completamente comprensible que algunas partes de tu cuerpo te gusten más que otras, pero si te refieres a las menos favoritas con esa sensación de desprecio, no lograrás mejorarlas.

La etapa de reconocimiento es en la que ya aceptaste tu cuerpo como un todo y dejaste de fraccionarlo. No odias algunas partes de él. Lo ves de manera completa, sabes cuáles son las zonas que te encantan y eres consciente de las que quieres disimular.

A continuación te voy a dejar mis mejores tips, (no me gusta llamarles trucos, me hace sentir que juego poker y te estafo jajaja), para que aquellas zonas que no te gustan tanto, pasen a un 2do. plano y dejes de darles tanta importancia.

Lo que yo te sugiero para restarle importancia a esas zonas que no te encantan:

1.- Resalta las que te enamoran: 

Todas tenemos alguna parte de nuestro cuerpo de la que nos sentimos orgullosas. Pueden ser tus ojos, tus labios, tu perfil.  Esa zona pueden ser tus brazos, tus elongado cuello, como pueden ser los dedos de tus manos.  Esa zona que cada vez que pasas por el espejo piensas: ¡Gracias mamá por haberme heredado tusssss…….!

¿Ya la encontraste?…Bueno, en esa zona vas a poner el foco.  Si ya conoces qué es lo que más te gusta de ti, procura siempre lucirla, que esa sea tu zona estrella. Tu sello personal, que a donde vayas esté tan pulida que no te importe que las otras no te gusten tanto.

A mi me encanta mi cabello, y cada día le digo que es hermoso, ese es mi tip para que a pesar de los años, siga estando fuerte, sano y siga creciendo como cuando tenía 15.  Si algún día lo perdiera, le hablaría más a mi nariz, la amo, la heredé de mi bisabuela materna, aunque dicen que su arco era mucho más pronunciado que el mío. Y así puedo ir sumando partes a la lista, porque la verdad es, que al pasar de los años más me gusto.  Y eso quiero para ti. Encuentra esa parte que amas y púlela.

2.- Cuida todas las demás: 

Si te concentras solamente en ocultar lo que no te gusta, pierdes de vista el resto.  Créeme, tú eres la única que no está conforme con esa zona que no quisieras mostrar.  Cuando entra una mujer en una habitación, los observadores no solemos pensar: “Vaya, que fea nariz”, si la mujer que la porta tiene un atuendo prolijo, elegante, su maquillaje es impecable, las uñas las tiene sin un sólo rayón y el labial rojo que lleva parece que estuviera tatuado.

No, eso no sucederá. La impresión de los que la observáramos será de: guaaaauuuu, que mujer tan distinguida, que porte, me encanta la manera en que camina y se conduce. En el momento en que empezó a hablar enamoró con su manera de relatar las historias a más de uno.

¿Ves a lo que me refiero?,  su nariz pasó a un segundo plano.  

Ahora, visualiza a la misma mujer de nariz prominente. Ella se siente fea. Quiere ocultar su nariz y evidentemente, una nariz, a menos que sea operada, pues con make up se puede disimular pero es una zona que estando en el rostro, todos van a ver.  Ella no hizo nada por resaltar su parte favorita y tampoco cuido el resto de su imagen personal.  Se puso lo primero que encontró en el closet (que tampoco tiene acorde a su colorimetría ni ha definido estilo), su andar es desgarbado y hasta se joroba.  Estaba bañada sí, pero no se ocupó ni del perfume ni de pasarse un cepillo por el cabello.  Simplemente llegó a la reunión sin el mínimo mimo a su imagen.

Créeme, todos vamos a ver no sólo su nariz sino su descuido en general.

Ocúpate de tí como un todo, cada zona de tu cuerpo merece cuidado. Las cremas en tu piel, el perfume, el make up (si decides usarlo) son para tí, no son productos que usas cuando tienes pareja o cuando eres invitada a una reunión.  Son parte de tu rutina de amor propio, no te olvides de eso.  Te cuento que a mi, ¡me encanta!.

3.- Fortalece tu amor propio, tu autoconfianza y tu autovaloración:

Ya viene la pesada de Rosa Amelia a hablarme de lo mismo ( puedo leer tus pensamientos) jajaja, pero no me importa.  No me voy a cansar de decírtelo. Una autoestima fuerte vence cualquier sensación de nariz fea. Punto.

A este punto le he dedicado unas líneas en cada artículo y tengo un parcito en su totalidad, así como también te he compartido una guía gratuita para que la descargues directamente aquí.

Si ya la descargaste, me encantará saber cómo te ha ido y si recién la pasas a leer, que sepas que su construcción es en base al trabajo que vengo realizando con muchas mujeres que al igual que tú, se dieron cuenta que para una imagen poderosa, debemos empezar por dentro.

Dicho esto, te voy a compartir 3 de las más frecuentes inquietudes que me encuentro en asesorías, si tú estás buscando respuestas para las mismas preguntas, toma nota:

1.- Rosa Amelia, ¿Cómo hago para que no se me vea la espalda tan amplia, la veo muy grande, creo que es la zona más grande de mi cuerpo?

Concéntrate en Demi Moore (lo siento, Ashton Kutcher sale tan guapo que no lo pude cortar) jajaja. Regresemos a Demi. Ella es un ejemplo de la silueta triángulo invertido. Este cuerpo se caracteriza por tener los hombros más amplios que las caderas como principal característica.

Si reconoces que en tu cuerpo la espalda o la distancia entre tus hombros es la zona más amplia que tienes y te gustaría que visualmente luzca más angosta, que el cuello pico o en V se convierta en parte de tu guardarropa. Para mi es el escote por excelencia cuando queremos crear un efecto visual de alargamiento al cuello y reducción de espalda. 

Generalmente se desarrolla mucho más la espalda cuando la mujer hace algunos deportes como natación. A este cuello le puedes sumar un collar largo que forme una V y acompañe el cuello de tu blusa o vestido.

Los colores oscuros contraen y achican, es otro tip de estilismo no sólo para que tu espalda se vea más angosta. Como regla general, los colores oscuros contraen, los colores claros expanden.

Usa texturas livianas, que las telas no le aporten más volumen. Evita las mangas abullonadas o con muchos bobos porque ellos sumarán a tu espalda y lograrás el efecto contrario a lo que deseas.

Si quieres usar una camiseta de tiras, procura que las mismas sean gruesas, si son muy delgadas, tu espalda lucirá más amplia.

Resumiendo: cuello V, también funciona el redondo, mi favorito es el V pronunciado. Colores oscuros en la zona. No necesariamente negro, puedes usar café (dependiendo de tu colorimetría), vino, azul clásico, verde esmeralda, vino, gris charcol, etc., no le aumentes volumen con telas pesadas y no olvides llevar la atención a la parte inferior de tu cuerpo.

2.- Rosa Amelia, no me gustan mis brazos, pero en verano no puedo taparlos, ¿Qué hago, los veo muy gruesos en relación a mi cuerpo?

Esta mujer me encanta, su nombre es Magdyel Ugaz, lo coloco porque si no eres peruana, tal vez no la conozcas. Para un papel protagónico en una novela nacional se enfrentó a la perdida de 60 kilos. Peri no pierde su estilo. Kilos más, kilos menos, siempre la veremos con cuellos asimétricos y gran escote. Toda esa introducción, para mostrarte cómo es que ella le sacó la vuelta al tema de los brazos y siempre lució su lado más sexy.

La recomendación: luce siempre el antebrazo, tus muñecas y hasta antes del codo son las partes más delgadas de tus brazos. Prueba con los cuellos asimétricos y el ojal o bote. Usa el color que más te guste, siempre respetando tu colorimetría para resaltar tus facciones. 

Muestra piel. No quieres que tus brazos se vean en su totalidad. ¡Ok!, pero no necesitas ponerte poleras deportivas en verano. Tus brazos merecen recibir el sol, tapa lo necesario y enseña un poquito de hombro, un poquito de cuello y un poquito de antebrazo. Verás que te sientes cómoda y no pierdes el toque sexy.

3.- Rosa Amelia, no me gustan mis piernas, son muy flacas. ¿qué hago?, siento que los pantalones me quedan chorreados, no los luzco y con leggins se ven mis piernas más delgadas…

En este caso hay que tener en cuenta tu estilo, si eres más de faldas y vestidos o de pantalones.  Si lo tuyo son las faldas, un corte que te va a quedar bello es el corte en A. Este corte tiene la particularidad de aumentar considerablemente el volumen en la zona de las caderas y forma una linda campana que puede llegar hasta debajo de la rodilla o sobre ella o a las pantorrillas. 

Si te gustan las minifaldas, el que tus piernas sean delgadas no debe limitarte. Aplica la misma regla. Usa un corte en A y listo. Ese corte te va a generar amplitud.

Si definitivamente no quieres que se vean tus piernas, los maxi vestidos son geniales. Los hay en muchos estilos. Es cosa de encontrar los que te gusten y voalá.

Si prefieres los pantalones, mi sugerencia es que marques cintura y que a partir de la mita de la cadera empecemos a abrir el corte. Puede ser con un palazo o con un pantalón pata de elefante. 

Recuerda, no es el tipo de cuerpo que tienes, no tienes que seguir las reglas que alguien inventó para llevar a todos los cuerpos a parecerse al reloj de arena. Sin importar tu silueta, trabaja en base a objetivos.

¿Qué es lo que quieres resaltar?, ¿Qué es lo que te gustaría disimular?. ¿A dónde quieres llevar la atención?

Espero que el artículo de hoy te encante y sigamos aprendiendo juntas. Si te pareció interesante y quieres que lleguemos a más mujeres, compártelo en tus redes sociales. De esa manera me ayudas a multiplicar mi mensaje.

Un beso 🙂


Rosa Amelia


AMOR PROPIO: 5 Herramientas que me han ayudado a ponerme a mí primero

  “No podemos dar absolutamente nada que no llevemos dentro”

Dicen que uno se vuelve experta en lo que le costó trabajo aprender y que a raíz de allí, encuentra su misión de vida y la pone al servicio de los demás.  Miro atrás y veo una mujer que durante muchos años creyó que para ser feliz debía cumplir con estándares sociales y de belleza que aprendió en algún momento de su juventud temprana.

Afortunadamente la vida, que es tan generosa, se encarga de enviarnos señales a cada momento, para hacernos saber que ese no es el camino.  Aquí el problema fue, que ésta ariana terca no quiso leerlas y que aunque sabía que habían “migajitas” que me estaban alertando en el camino, pues las pasaba por alto y las miraba muy por sobre el hombro.

Si tienes buena posición económica, vives en un lugar lindo, tienes un guardarropa que no cabe en 1 solo cuarto, has culminado 2 carreras, nunca has tenido problemas de corazón roto porque te ves tan bien por fuera que recibes muchas invitaciones y te ves dentro de una familia tradicional, llegas a creer que eres feliz. Que amas tu vida y que te amas a tí.  ¿Por qué sucede eso?  Porque crecimos creyendo que eso es felicidad.  Que salir del colegio y graduarte en una carrera “exitosa” te hace tener la mitad de la vida resuelta.  Con los triunfos académicos llegan las felicitaciones, la admiración y el respeto de tus amigos y familiares, se te abren muchas puertas, no sólo laborales sino también en cuanto a relaciones sociales, y tú sigues creyendo que eres feliz.  

No te puedo entregar un manual con las aristas exactas de todas las alertas que existen para que te des cuenta que no te estás amando como deberías, lo que sí puedo hacer es contarte desde mi experiencia cuáles fueron las que pude reconocer y que me ayudaron a darme cuenta que no me amaba como creía, si te reconoces en alguna, sigue leyendo, porque hoy te enseño 5 herramientas fundamentales que aprendí y que aplico el día de hoy para no olvidarme de ponerme primero cada día de mi vida.

1.- Si te ves complaciendo a familiares, amigos o parejas de forma constante porque prefieres verlos felices a ellos, antes que a tí, evalúa dónde está el punto medio entre hacerlo porque se siente bien entregar al otro y hacerlo porque consideras que su felicidad es más importante que la tuya.  Encuentra el balance para que al momento de dar, te sientas feliz por el otro pero que ese “entregar” no sea motivado por tu ego haciéndote creer que eres la salvadora.

2.- Si no puedes decir NO a invitaciones porque te da “pena” cómo se va a sentir el otro y terminas yendo a lugares o en compañía de alguien con quien no te sientes a gusto, definitivamente no te estás amando.  Aquí estuve en muchas oportunidades.  Estuve frisandome en partidos de fútbol una y otra y otra vez porque no tenía corazón para decirles: “Me aburro, me da frío, tengo sueño”.  Ahora que lo recuerdo me da risa, y hasta con ternurilla veo a esa mujer en chaqueta deportiva y zapatillas alentando al equipo vencedor.  Hoy le diría a mi pareja con toda la honestidad del mundo: “Te Amo, puedo irte a ver 1 vez al mes, tal vez 2, tú a lo tuyo, yo a lo mío y cuando terminemos, nos juntamos”. 

  • Bonus para las veces que presté mi departamento porque mi mejor amiga (en aquella época) quería beber con su pareja y que yo estuviera para hacer reunioncitas de a 4.  (Esa imagen aún no me da ternurilla, miro atrás y quiero zamaquear a esa Rosa)

3.- Si dejas de comer porque crees que estás gorda y que no existe felicidad con sobrepeso.  No te estás amando.  Aquí quiero dejar en claro que no estoy apoyando una vida sedentaria y de sobrepeso.  Lo que promuevo hoy es una dieta balanceada cero restrictiva, donde la premisa sea ser saludable, no delgada. Que entiendas que la decisión de entrenar, es por salud, por diversión, porque el deporte que elijas llene tu espíritu, no que vayas a hacer deporte como un medio para conseguir delgadez a pesar de que no fuera de tu agrado.  

En mi caso, siempre he amado el gimnasio, desde antes de ser mamá ya cargaba pesas. Incluso me enteré que estaba embarazada yendo con bastante regularidad al gimnasio.  Pero se que mi constancia a los 19 y 20 años no pasaba por entender que el deporte era bueno para mi salud.  Lo hacía porque sabía que entrenando se me veía muy bien y sí, claro, además, me gustaba.  Hoy entreno con regularidad pero ya no por esa necesidad de verme físicamente bien, sino con la certeza de tener un corazón sano y que como resultado cada vez me puedo ver mejor.  La talla que usas no define tu belleza.

Esas son las principales señales que yo viví una y otra vez. Y que hoy comparto contigo para que las evalúes. Tú puedes reconocerte en alguna, en las 3 o en ninguna.  Si estás pasando por alguna etapa en tu vida donde ya no te hayas, donde te das cuenta que no eres feliz o donde sientes que vas por un rumbo que ya no te pertenece, siempre puede girar el timón, detenerte y evaluar hacia dónde quieres ir y para qué.

Quiero detallarte 5 Herramientas que puse en práctica para salir de ese ciclo donde creía que complaciendo a los demás era feliz.  No espero que creas lo que escribo, pero sí puedes darme el beneficio de la duda y si algo de lo que te comparto a continuación suena nuevo para tí, te invito a que lo recojas y  lo incorpores, y luego me cuentas 🙂

1.- Autoconocimiento:  Si me sigues en mis redes sociales, me imagino que ya te debo tener seca con el tema.  Al menos 1 vez por semana lo  menciono.  Pero es que para mí es el pilar fundamental de TODO. Saber qué te gusta y que no son el mejor regalo que puedes darte a tí misma.  Creo firmemente que una mujer que se da la oportunidad de conocerse es invencible. 

Aquí puedes oír una nota de voz referente al tema: ://www.instagram.com/p/B_NyRfWDi0Y/?utm_source=ig_web_copy_link

  • Conocer tu mente: cuáles son tus fortalezas, tus talentos, tus dones.
  • Conocer tu espíritu: ¿en qué crees?, reconocer que somos parte de un todo.
  • Conocer tus emociones: aceptar que somos luz pero que también tenemos oscuridad y a partir de allí comprometernos a transformarla. Nada que no reconozcas como tuyo podrá mejorar. 
  • Conocer tu cuerpo físico: reconocer el regalo que nos dio la naturaleza de haber nacido siendo mujeres y tomarnos el tiempo de entender nuestro ciclo menstrual, por qué llega, para qué y decidir cómo lo usamos así como nuestra sexualidad. Ambos son regalos que no siempre vemos.

2.- Autoaceptación:  Eres perfecta en el cuerpo físico en el que has nacido. El color de tu cabello, de tus ojos, de tu piel tiene una armonía perfecta.  Mientras más rápido lo reconozcas, más rápido podrás pasar al siguiente nivel y aprender a vestir tu cuerpo de forma inteligente.  No busques ser un modelo diferente al tuyo.  Tú eres hermosa tal y como eres.  

“Preocúpate de arreglar tu jardín para que no estés mirando el jardín del vecino”. Aquí puedes oír una nota de voz referente al tema:
https://www.instagram.com/p/B-XL-qPDt5p/?utm_source=ig_web_copy_link

  • Un tip que puedo darte y que he notado con eficacia que funciona con mis asesoradas es pararnos frente al espejo cada día durante unos minutos a contemplar nuestro cuerpo desnudo y cada día procurar encontrar diferente belleza.  Al principio puede parecerte tonto, pero de que funciona, funciona.  Yo no me voy del espejo hasta antes decirle a mi cabello lo hermoso que es.  Amo su color, amo su textura, amo el largo y amo lo abundante que es. Le agradezco crecer fuerte y sano y eso hace que siga creciendo 🙂

Te invito a practicarlo y ver más allá de si estás gorda, o muy flaca o eres pequeña o demasiado alta.  Basta de hablarle feo a tu cuerpo.  Reconócelo como un todo, agradécele que funcione perfectamente y admira tu belleza.

3.- Respeto por tí mismo: Tener claridad acerca de qué es lo que vas a permitir en todas las áreas de tu vida.  Para ésto tengo un lema bien claro.  Te lo comparto y espero que te sirva como a mí.

“Decidir antes de tener que decidir”.

Te doy un ejemplo claro para dejarme entender: Yo tengo decidido que si alguna vez un hombre comete agresión contra mi persona, no habrá justificación que yo perdone.  Es algo que tengo claro desde pequeña.  Creo que nada justifica la agresión y que si sucede es porque no me respeta.  

Con éste ejemplo no te estoy diciendo que tú debes imitar mis reglas, no.  Tú debes trabajar en las tuyas y tener decididas muchas cosas antes de tener que decir, así, de esa manera si llegaran a presentarse, pues no tendrás dudas acerca de qué hacer porque ya lo tienes decidido. Sabes dónde sí y dónde no.

No tengo permitido que alguien me busque y empiece a quejarse de algo delante de mí. Soy anti quejas. Puedo oír tus propósitos de mejoras. Pero las quejas no te llevan a nada y exijo que respetes mi mente. La queja me parece ofensiva.  Tengo bastante educando a mi mente contra la queja como para permitirle a otro que se queje en mi presencia.

4.- Autocuidado:  Sin excusas, sin pretextos.  Seas mamá de niños pequeños o tengas demasiado trabajo. Podrás darte 15 minutos al día para cuidar de tí.  Si no eres capaz de designar para tí 15 minutos al día, que no te extrañe que aparezca la depresión, la angustia, la ansiedad. ¿Cómo podrás criar niños felices si tu vida es infeliz?  Si estás en ésta última y al leerme piensas: “Que fácil es para tí escribirlo, tu hijo es adulto” pues te digo que más fácil hubiera sido darme esos 15 minutos cuando él estuvo pequeño para mí y no ingresar reiteradas veces al hospital por no saber manejar mis emociones queriendo ser la mejor esposa, la mejor madre y poniéndome a mí hasta el final de la lista con tal de saber que ellos eran felices.

Encuentra ese “algo” que te conecte con tu felicidad interior y simplemente hazlo.  Tus hijos podrán vivir sin esos 15 minutos para tí.  No es egoísmo, es salud para tí.

5.- Ama tu soledad: ¡Bendita soledad!, ¿Sabes qué pasa con la soledad?, que está muy mal vista.  La han estigmatizado como el castigo para los seres despiadados. “Te vas a quedar sóla como no tengas hijos”……………

……….. (allí incluyo muchos puntos suspensivos porque es de las peores que he oído)….

No por ser mujer tienes que ser mamá.  Ser mamá implica mucho sacrificio.  Mucho amor también, pero son muchos años de tu vida los que dedicas al cuidado de un pequeño.  No te embaraces por tenerle miedo a envejecer sola. Un hijo no es garantía de compañía futura, al igual que no lo es un marido.  

Levante la mano quien no es feliz con su pareja pero no lo deja esperando que llegue “algo” mejor. ¡Cuando llegue alguien más, allí si Rosa Amelia, dejo a Pepe, te lo juro!, si tuviera 1 centavo por cada vez que escucho esa canción…tendría al menos para financiar mi 1er libro jajajaaja. Cansadas me tienen con eso….si tú eres una de ellas, por favor, deja de mentirte. Y lo peor es que si en verdad esperas que llegue alguien más, porque crees que va a llegar mientras tienes ocupada esa área de tu vida.  Olvídalo, no funciona así, primero deja espacio en tu vida y espera a que la vida te sorprenda. No es al revés.

Aquí en especial puedo contarte que una vez que me amigué de mi soledad me di cuenta que nunca he estado sola.  Siempre me tuve a mí, pero no me conocía.  Conocerme ha sido el mejor regalo que me he dado, hoy disfruto tanto de estar conmigo que puedo beber un café en un restaurante sola solita sola porque no me siento así, siempre me siento acompañada de mi mejor amiga, de mí misma.

Si vieran las miradas de pena que siento de la gente cuando me ven entrar al cine sóla y yo sólo puedo pensar: Cuánta gente como zombies dormidos sintiendo pena por mí cuando en realidad lo que no saben es que me escapo sóla antes de que alguien se me apunte jajaja, yo quiero ir sola y que nadie me hable.  Hay películas que quiero ver acompañadas, pero otras que me place demasiado ir sólo conmigo.

Nunca fuiste sola al cine, inténtalo, ¡te va a gustar!

Hasta aquí llega nuestra entrada de los viernes, que sepas que éste camino no es para cobardes.  Que debes ser muy valiente para renunciar a lo conocido, y decidir descubrir que hay más allá de tu zona de confort y de tus miedos.  Pero, ¿Sabes?, vale completamente la alegría. Hoy puedo decirte con toda la sinceridad y sin riesgo a equivocarme que vivo la mejor etapa de mi vida. Despierto cada día con la ilusión de llevarme el día por delante, estoy enfocada 100% a mi pasión, escribir, comunicar, atender a mis clientas, disfrutar de la compañía de mi hijo y de mis familiares.  Reunirme con los pocos amigos que he decidido conservar en mi vida.  No tengo pareja hace varios años por decisión y pretendo seguir conmigo misma algunos años más.  (Te cuento que no lo descarto definitivamente, pero por ahora, me siento muy feliz conmigo y no me quiero compartir con nadie).

Con todo mi amor, Rosa Amelia 


Rosa Amelia


¿Cómo te sientes con tu cuerpo HOY?

La mayoría de nosotras tiene por lo menos 1 espejo en casa, el cual utilizamos en algún momento del día, si es que no son varias.  Cuando cepillamos nuestros dientes, cuando nos echamos alguna crema (espero que no prescindas del bloqueador solar), cuando nos cambiamos de ropa, antes de salir de casa o al menos en el retrovisor del auto para cerciorarnos que el labial está bien puesto.

¿Te has puesto a pensar cuántas veces frente al espejo empezaste con el diálogo interno – y a veces en voz alta – diciéndole a alguna parte de tu cuerpo lo poco que te gusta? 

Y eso, por decir lo menos, me ha tocado escuchar clientas decir: “Odio mis brazos”, “Amelia, es que tengo un matrimonio en 15 días y no habrá dieta que me quite la panza”.  Y la que me parece más fuerte: “Será mi primera vez con Pepito y no quiero que salga corriendo cuando me vea desnuda”.

Agradezco a la vida que me permita llegar a ellas, porque yo también estuve allí. Incluso, más al fondo.  Siempre he tenido carácter fuerte, pero hubo una etapa larga, de varios años en mi juventud temprana donde mi prioridad era verme “súper bien” por fuera y no cuidé ni mi salud física ni mi salud mental.  Iba como un caballo de carreras comiendo lo mínimo para poder sobrevivir, entrenando 7 días de 7, bebiendo energizantes en el gimnasio para no dormirme en la trotadora, mintiendo en las reuniones de amigos y familiares, diciendo que ya había cenado cuando ponían la mesa  y yo, de ninguna manera iba a meterle a mi cuerpo calorías.

Recuerdo que tenía 7 de hemoglobina, eso se traduce en anemia.  No me importaba. No quería nisiquiera tomar las vitaminas que me había recetado el doctor porque tenían B12 y había leído que eso me abriría el apetito.  Mido 1 metro 66, pero dicen que me veo mucho más alta.  Bueno, en aquella época pesaba 57/58 kilos. Incluso estaba tan delgada que usaba zapatos de 1 talla más chica de la que me correspondía.  Mi alimentación se traducía en café, caldos de verduras, algunas veces 1 presa de pollo, cigarrillos, nuevamente café, tal vez 1 pieza de fruta. Fin del día.

Y así me la pasé muchos, muchos meses.  Se volvió en un estilo de vida.  Mi mente creía que debía verme hermosa por fuera para ser felíz.  En mi cabeza no existía felicidad sin belleza externa.  Fue entonces cuando empecé a conocer mujeres con pesos que iban muchos kilos arriba de los míos, y llevaban vidas hermosas, felices, con hijos, esposos, otras solteras, con mascotas, sin mascotas, y yo las veía tan pero tan felices que mi mente confundida pensaba: “¿Cómo es posible que se vean tan felices si se desbordan de la ropa?”, empecé a frecuentarlas porque su energía era hermosa.  Eran mujeres seguras de sí mismas, eran felices, y quería saber cómo era posible ser felíz viéndose físicamente “así”.


Descubrí 3 cosas que hoy voy a compartir contigo porque derrepente en algún momento te has hecho la misma pregunta que yo me hice muchos años atrás.

1.- Su foco estaba puesto en servir a los demás.  Una es una maestra de sahaya yoga. A la cual tuve oportunidad de conocer en el tránsito de una ruptura de pareja.  Me abrió las puertas de su casa y compartió su tiempo conmigo para, desde sus conocimientos, ayudarme a sentirme mejor.  Las primeras charlas mi mente se distraía entre el discurso poderoso que me daba y ver cómo se vestía, cómo era su arreglo personal. (Muy diferente al mío).  En aquella época yo no había estudiado Asesoría de Imagen. No conocía de estilos, para mí el único válido era el mío, así que verla con ropa holgada, de colores, me hacía imaginarla como una mujer hippie, que para ese momento en mi mundo, no podría ser una mujer de éxito.  No pasó mucho tiempo para que conociera a su esposo.  Fue mágico.  Ver como se veían a los ojos y dedicaban su vida entera a ayudar y a servir a quien lo necesitara.  Luego conocí a sus hijos y descubrí una familia tan hermosa que empecé a ver la belleza de otra manera. Ese es un ejemplo claro de una experiencia que ha marcado mi vida, y así como esa tengo muchas más, pero me extendería mucho y quiero que te lleves lo más importante el día de hoy.

2.- Lo que te incomoda del otro no es más que la proyección de tí.  Descubrí que al pensar: ¿Cómo pueden ser felices con sobrepeso? lo único que hacía era proyectar mi propia inseguridad.  Y aquí es que quiero detenerme y contarte el porqué de mi afirmación.  No puedes ver en otro lo que no exista en tí. Sí, así como lo lees.  Yo me veía muy muy delgada por fuera, pero en ellas proyectaba mi temor, mejor dicho, el horror que para mi representaba vivir en un cuerpo gordo.  Y es por eso que no podía concebir que hubieran personas felices siendo gordas.  Punto. 

3.- La mujer exitosa es la que SE seduce: Viví dañando mi cuerpo por querer encajar en un estereotipo de belleza impuesto por la sociedad.  En ese momento mis referentes de éxito eran abismalmente distintos a los que tengo hoy.  Creía que debía ser delgada para conseguir mi felicidad. Felicidad que hoy no tiene el mismo significado que años atrás.  No necesitas ser alguien más para encajar en el mundo.  Si intentas cambiar para los demás no serás feliz nunca porque siempre aparecerán nuevos estándares de belleza y no podrás vivir una vida bonita mutando a lo que convenga socialmente.  Para ser feliz debes encantarte a tí.  A tí es a quien debes conquistar.  Punto.

Quiero terminar la conversación de hoy (en mi mente estamos conversando) 🙂 enseñándote a no verte por partes.  Cuando te pares frente al espejo, recuerda que eres un todo.  No eres los brazos que no te gustan o el abdomen prominente al que insultas cada día.  Quiero que te mires completa. Desde el cabello que tienes hasta los pies, y que veas más allá del físico. Quiero que cambies tu diálogo y que le agradezcas al todo que eres, por tenerte hoy con vida y con salud.  No vuelvas a fragmentar tu cuerpo y a hablarle por partes, a menos que sean para halargarte. 

Todos tenemos una armonía perfecta, somos bellos naturalmente, el problema es que hemos caído en el error de tratar de ser bellos de otra manera, inspirándonos en la belleza del vecino.  Cuando descubras toda la belleza que tienes dentro por dar a los demás, empezarás a sentirte hermosa en el cuerpo en el que vives, y claro, ¿por qué no?, mejorar tu imagen personal es completamente válido pero no desde el odio a la imagen que tienes de tí, sino desde el amor a tí misma y por amor desear verte mucho más hermosa.

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Con todo mi amor, ¡abrazo de luz!