Rosa Amelia


AMOR PROPIO: 5 Herramientas que me han ayudado a ponerme a mí primero

  “No podemos dar absolutamente nada que no llevemos dentro”

Dicen que uno se vuelve experta en lo que le costó trabajo aprender y que a raíz de allí, encuentra su misión de vida y la pone al servicio de los demás.  Miro atrás y veo una mujer que durante muchos años creyó que para ser feliz debía cumplir con estándares sociales y de belleza que aprendió en algún momento de su juventud temprana.

Afortunadamente la vida, que es tan generosa, se encarga de enviarnos señales a cada momento, para hacernos saber que ese no es el camino.  Aquí el problema fue, que ésta ariana terca no quiso leerlas y que aunque sabía que habían “migajitas” que me estaban alertando en el camino, pues las pasaba por alto y las miraba muy por sobre el hombro.

Si tienes buena posición económica, vives en un lugar lindo, tienes un guardarropa que no cabe en 1 solo cuarto, has culminado 2 carreras, nunca has tenido problemas de corazón roto porque te ves tan bien por fuera que recibes muchas invitaciones y te ves dentro de una familia tradicional, llegas a creer que eres feliz. Que amas tu vida y que te amas a tí.  ¿Por qué sucede eso?  Porque crecimos creyendo que eso es felicidad.  Que salir del colegio y graduarte en una carrera “exitosa” te hace tener la mitad de la vida resuelta.  Con los triunfos académicos llegan las felicitaciones, la admiración y el respeto de tus amigos y familiares, se te abren muchas puertas, no sólo laborales sino también en cuanto a relaciones sociales, y tú sigues creyendo que eres feliz.  

No te puedo entregar un manual con las aristas exactas de todas las alertas que existen para que te des cuenta que no te estás amando como deberías, lo que sí puedo hacer es contarte desde mi experiencia cuáles fueron las que pude reconocer y que me ayudaron a darme cuenta que no me amaba como creía, si te reconoces en alguna, sigue leyendo, porque hoy te enseño 5 herramientas fundamentales que aprendí y que aplico el día de hoy para no olvidarme de ponerme primero cada día de mi vida.

1.- Si te ves complaciendo a familiares, amigos o parejas de forma constante porque prefieres verlos felices a ellos, antes que a tí, evalúa dónde está el punto medio entre hacerlo porque se siente bien entregar al otro y hacerlo porque consideras que su felicidad es más importante que la tuya.  Encuentra el balance para que al momento de dar, te sientas feliz por el otro pero que ese “entregar” no sea motivado por tu ego haciéndote creer que eres la salvadora.

2.- Si no puedes decir NO a invitaciones porque te da “pena” cómo se va a sentir el otro y terminas yendo a lugares o en compañía de alguien con quien no te sientes a gusto, definitivamente no te estás amando.  Aquí estuve en muchas oportunidades.  Estuve frisandome en partidos de fútbol una y otra y otra vez porque no tenía corazón para decirles: “Me aburro, me da frío, tengo sueño”.  Ahora que lo recuerdo me da risa, y hasta con ternurilla veo a esa mujer en chaqueta deportiva y zapatillas alentando al equipo vencedor.  Hoy le diría a mi pareja con toda la honestidad del mundo: “Te Amo, puedo irte a ver 1 vez al mes, tal vez 2, tú a lo tuyo, yo a lo mío y cuando terminemos, nos juntamos”. 

  • Bonus para las veces que presté mi departamento porque mi mejor amiga (en aquella época) quería beber con su pareja y que yo estuviera para hacer reunioncitas de a 4.  (Esa imagen aún no me da ternurilla, miro atrás y quiero zamaquear a esa Rosa)

3.- Si dejas de comer porque crees que estás gorda y que no existe felicidad con sobrepeso.  No te estás amando.  Aquí quiero dejar en claro que no estoy apoyando una vida sedentaria y de sobrepeso.  Lo que promuevo hoy es una dieta balanceada cero restrictiva, donde la premisa sea ser saludable, no delgada. Que entiendas que la decisión de entrenar, es por salud, por diversión, porque el deporte que elijas llene tu espíritu, no que vayas a hacer deporte como un medio para conseguir delgadez a pesar de que no fuera de tu agrado.  

En mi caso, siempre he amado el gimnasio, desde antes de ser mamá ya cargaba pesas. Incluso me enteré que estaba embarazada yendo con bastante regularidad al gimnasio.  Pero se que mi constancia a los 19 y 20 años no pasaba por entender que el deporte era bueno para mi salud.  Lo hacía porque sabía que entrenando se me veía muy bien y sí, claro, además, me gustaba.  Hoy entreno con regularidad pero ya no por esa necesidad de verme físicamente bien, sino con la certeza de tener un corazón sano y que como resultado cada vez me puedo ver mejor.  La talla que usas no define tu belleza.

Esas son las principales señales que yo viví una y otra vez. Y que hoy comparto contigo para que las evalúes. Tú puedes reconocerte en alguna, en las 3 o en ninguna.  Si estás pasando por alguna etapa en tu vida donde ya no te hayas, donde te das cuenta que no eres feliz o donde sientes que vas por un rumbo que ya no te pertenece, siempre puede girar el timón, detenerte y evaluar hacia dónde quieres ir y para qué.

Quiero detallarte 5 Herramientas que puse en práctica para salir de ese ciclo donde creía que complaciendo a los demás era feliz.  No espero que creas lo que escribo, pero sí puedes darme el beneficio de la duda y si algo de lo que te comparto a continuación suena nuevo para tí, te invito a que lo recojas y  lo incorpores, y luego me cuentas 🙂

1.- Autoconocimiento:  Si me sigues en mis redes sociales, me imagino que ya te debo tener seca con el tema.  Al menos 1 vez por semana lo  menciono.  Pero es que para mí es el pilar fundamental de TODO. Saber qué te gusta y que no son el mejor regalo que puedes darte a tí misma.  Creo firmemente que una mujer que se da la oportunidad de conocerse es invencible. 

Aquí puedes oír una nota de voz referente al tema: ://www.instagram.com/p/B_NyRfWDi0Y/?utm_source=ig_web_copy_link

  • Conocer tu mente: cuáles son tus fortalezas, tus talentos, tus dones.
  • Conocer tu espíritu: ¿en qué crees?, reconocer que somos parte de un todo.
  • Conocer tus emociones: aceptar que somos luz pero que también tenemos oscuridad y a partir de allí comprometernos a transformarla. Nada que no reconozcas como tuyo podrá mejorar. 
  • Conocer tu cuerpo físico: reconocer el regalo que nos dio la naturaleza de haber nacido siendo mujeres y tomarnos el tiempo de entender nuestro ciclo menstrual, por qué llega, para qué y decidir cómo lo usamos así como nuestra sexualidad. Ambos son regalos que no siempre vemos.

2.- Autoaceptación:  Eres perfecta en el cuerpo físico en el que has nacido. El color de tu cabello, de tus ojos, de tu piel tiene una armonía perfecta.  Mientras más rápido lo reconozcas, más rápido podrás pasar al siguiente nivel y aprender a vestir tu cuerpo de forma inteligente.  No busques ser un modelo diferente al tuyo.  Tú eres hermosa tal y como eres.  

“Preocúpate de arreglar tu jardín para que no estés mirando el jardín del vecino”. Aquí puedes oír una nota de voz referente al tema:
https://www.instagram.com/p/B-XL-qPDt5p/?utm_source=ig_web_copy_link

  • Un tip que puedo darte y que he notado con eficacia que funciona con mis asesoradas es pararnos frente al espejo cada día durante unos minutos a contemplar nuestro cuerpo desnudo y cada día procurar encontrar diferente belleza.  Al principio puede parecerte tonto, pero de que funciona, funciona.  Yo no me voy del espejo hasta antes decirle a mi cabello lo hermoso que es.  Amo su color, amo su textura, amo el largo y amo lo abundante que es. Le agradezco crecer fuerte y sano y eso hace que siga creciendo 🙂

Te invito a practicarlo y ver más allá de si estás gorda, o muy flaca o eres pequeña o demasiado alta.  Basta de hablarle feo a tu cuerpo.  Reconócelo como un todo, agradécele que funcione perfectamente y admira tu belleza.

3.- Respeto por tí mismo: Tener claridad acerca de qué es lo que vas a permitir en todas las áreas de tu vida.  Para ésto tengo un lema bien claro.  Te lo comparto y espero que te sirva como a mí.

“Decidir antes de tener que decidir”.

Te doy un ejemplo claro para dejarme entender: Yo tengo decidido que si alguna vez un hombre comete agresión contra mi persona, no habrá justificación que yo perdone.  Es algo que tengo claro desde pequeña.  Creo que nada justifica la agresión y que si sucede es porque no me respeta.  

Con éste ejemplo no te estoy diciendo que tú debes imitar mis reglas, no.  Tú debes trabajar en las tuyas y tener decididas muchas cosas antes de tener que decir, así, de esa manera si llegaran a presentarse, pues no tendrás dudas acerca de qué hacer porque ya lo tienes decidido. Sabes dónde sí y dónde no.

No tengo permitido que alguien me busque y empiece a quejarse de algo delante de mí. Soy anti quejas. Puedo oír tus propósitos de mejoras. Pero las quejas no te llevan a nada y exijo que respetes mi mente. La queja me parece ofensiva.  Tengo bastante educando a mi mente contra la queja como para permitirle a otro que se queje en mi presencia.

4.- Autocuidado:  Sin excusas, sin pretextos.  Seas mamá de niños pequeños o tengas demasiado trabajo. Podrás darte 15 minutos al día para cuidar de tí.  Si no eres capaz de designar para tí 15 minutos al día, que no te extrañe que aparezca la depresión, la angustia, la ansiedad. ¿Cómo podrás criar niños felices si tu vida es infeliz?  Si estás en ésta última y al leerme piensas: “Que fácil es para tí escribirlo, tu hijo es adulto” pues te digo que más fácil hubiera sido darme esos 15 minutos cuando él estuvo pequeño para mí y no ingresar reiteradas veces al hospital por no saber manejar mis emociones queriendo ser la mejor esposa, la mejor madre y poniéndome a mí hasta el final de la lista con tal de saber que ellos eran felices.

Encuentra ese “algo” que te conecte con tu felicidad interior y simplemente hazlo.  Tus hijos podrán vivir sin esos 15 minutos para tí.  No es egoísmo, es salud para tí.

5.- Ama tu soledad: ¡Bendita soledad!, ¿Sabes qué pasa con la soledad?, que está muy mal vista.  La han estigmatizado como el castigo para los seres despiadados. “Te vas a quedar sóla como no tengas hijos”……………

……….. (allí incluyo muchos puntos suspensivos porque es de las peores que he oído)….

No por ser mujer tienes que ser mamá.  Ser mamá implica mucho sacrificio.  Mucho amor también, pero son muchos años de tu vida los que dedicas al cuidado de un pequeño.  No te embaraces por tenerle miedo a envejecer sola. Un hijo no es garantía de compañía futura, al igual que no lo es un marido.  

Levante la mano quien no es feliz con su pareja pero no lo deja esperando que llegue “algo” mejor. ¡Cuando llegue alguien más, allí si Rosa Amelia, dejo a Pepe, te lo juro!, si tuviera 1 centavo por cada vez que escucho esa canción…tendría al menos para financiar mi 1er libro jajajaaja. Cansadas me tienen con eso….si tú eres una de ellas, por favor, deja de mentirte. Y lo peor es que si en verdad esperas que llegue alguien más, porque crees que va a llegar mientras tienes ocupada esa área de tu vida.  Olvídalo, no funciona así, primero deja espacio en tu vida y espera a que la vida te sorprenda. No es al revés.

Aquí en especial puedo contarte que una vez que me amigué de mi soledad me di cuenta que nunca he estado sola.  Siempre me tuve a mí, pero no me conocía.  Conocerme ha sido el mejor regalo que me he dado, hoy disfruto tanto de estar conmigo que puedo beber un café en un restaurante sola solita sola porque no me siento así, siempre me siento acompañada de mi mejor amiga, de mí misma.

Si vieran las miradas de pena que siento de la gente cuando me ven entrar al cine sóla y yo sólo puedo pensar: Cuánta gente como zombies dormidos sintiendo pena por mí cuando en realidad lo que no saben es que me escapo sóla antes de que alguien se me apunte jajaja, yo quiero ir sola y que nadie me hable.  Hay películas que quiero ver acompañadas, pero otras que me place demasiado ir sólo conmigo.

Nunca fuiste sola al cine, inténtalo, ¡te va a gustar!

Hasta aquí llega nuestra entrada de los viernes, que sepas que éste camino no es para cobardes.  Que debes ser muy valiente para renunciar a lo conocido, y decidir descubrir que hay más allá de tu zona de confort y de tus miedos.  Pero, ¿Sabes?, vale completamente la alegría. Hoy puedo decirte con toda la sinceridad y sin riesgo a equivocarme que vivo la mejor etapa de mi vida. Despierto cada día con la ilusión de llevarme el día por delante, estoy enfocada 100% a mi pasión, escribir, comunicar, atender a mis clientas, disfrutar de la compañía de mi hijo y de mis familiares.  Reunirme con los pocos amigos que he decidido conservar en mi vida.  No tengo pareja hace varios años por decisión y pretendo seguir conmigo misma algunos años más.  (Te cuento que no lo descarto definitivamente, pero por ahora, me siento muy feliz conmigo y no me quiero compartir con nadie).

Con todo mi amor, Rosa Amelia